sábado, 15 de noviembre de 2008

THE EQUATION OF LOVE AND DEATH. [Festival de cine FECINEMA (Manresa): Premio Festival de San Sebastián]


Zhou Xun, Deng Chao, Wang Bao Qiang y Zhang Han Yu protagonizan "The equation of love and death", un drama romántico escrito y dirigido por Cao Baoping, antiguo profesor de la Academia de Cine de Pekín.

Limi conduce un taxi. Lleva tiempo tras la pista de su prometido, desaparecido repentinamente tras la negativa de sus padres a aprobar su futuro matrimonio. Durante cuatro años, Limi recibe cartas de su prometido constantemente, todos remitidas sin una dirección. Desesperada, cada día muestra fotografías de su antiguo novio a todos sus pasajeros. Qiu Shuitian es un ladronzuelo que vive en la región rural de Yunnan. Junto a su compañero Qui Huogui llega a la gran ciudad con la esperanza de conseguir dinero suficiente para regresar a casa. Pero tiene otros planes: encontrar a la chica que amaba y abandonó hace tiempo. Feifei consiguió superar su adicción a las drogas gracias a su amante y compañera de negocios Ma Bing. Un pasado oscuro que puede tomar otro rumbo gracias a esta relación. Cuando una misteriosa muerte irrumpe al confluir los caminos de estos extraños, Limi descubrirá la razón tras la desaparición de su prometido.

viernes, 17 de octubre de 2008

A CORAZÓN ABIERTO


El amor y la muerte son hermanos. Un sentimiento de abnegación se alza de las profundidades de mi ser, y me llama a sí, y me dice que todo mi ser debe darse y perderse por el objeto amado.

Ansío confundirme en una de sus miradas; diluir y evaporar toda mi escencia en el rayo de luz que sale de sus ojos; quedarme muerta mirándolo, aunque me condene.

Lo que es aún más eficaz en mí contra el amor no es el temor, sino el amor mismo. El objeto de mi amor superior se ofrece a los ojos de mi mente como el sol que todo lo enciende y alumbra, llenando de luz los espacios; como átomo de polvo que vaga en el ambiente y que el sol dora. Toda su beldad, todo su resplandor, todo su atractivo no es más que el reflejo de ese sol increado, no es más que la chispa brillante, transitoria e inconsciente de aquella infinita y perenne hoguera.

Mi alma, abrasa de amor, pugna por criar alas, y tender vuelo, y subir a esa hoguera, y consumir allí cuanto hay en ella de impuro.




viernes, 12 de septiembre de 2008

INESTABILIDAD



Hoy es uno de esos días en que te levantas, y te discutes con tú alter ego en el espejo. No tienes ganas de quitarte la ropa, ducharte y arreglarte. Hastío. Es uno de esos días en que te diriges a la cocina, abres la nevera y al mismo tiempo en que no deseas engullir nada, lo engulles todo a tu paso. Después te arrepientes y el hastío que sentías ante el espejo aumenta.
Sabes que no es una cuestión de hastío corporal únicamente, es un descontento universal: corporal, mental y situacional.
Pasas de la cocina a la habitación. La observas. Vuelves a deambular por el piso. Entre medio te autodestruyes, nuevamente, en el espejo del pasillo, que en un primer momento habías pasado por alto.
En cuestión de segundos llega la desesperación. Vas al comedor, enciendes el televisor y tomas el cigarrillo solitario que quedó de la noche anterior. Lo enciendes. Al colocarlo entre tus labios y aspirar el humo tranquila y ansiosamente a la vez, sientes un deshago inmediato. En cuestión de segundos, desaparece el hastío, la desesperación y todas las preocupaciones. Ahora el sol no es el centro de la tierra, ni lo es el hombre. Lo eres tú, en tu mundo subconsciente. Finalmente, das las últimas caladas de ese cigarrillo reparador. Buscas inconscientemente un hueco en el cenicero. Lo apagas y se termina la primera parte del capítulo mental de tú propio “Manual de Autoayuda”.
Te quedas observando la nada. El cenicero. El televisor. Te levantas del sofá y te diriges nuevamente al aseo con la esperanza de que el hastío haya disminuido pero sigue igual: “increcendo”.

Te diriges, nuevamente, a la habitación te sientas en el borde de la cama y vuelves a observarla toda. No se te ocurre nada. No se te antoja hacer nada. Solo deambular la vista de un lado a otro, esperando algo que ni siquiera sabes que puede ser. Después de quemar los minutos en la nada, finalmente, decides encender el ordenador. Mirar por la ventana. Y, puesto que tu paquete de Marlboro se ha agotado, y no tienes intención alguna de salir a la calle; terminas por liarte un cigarrillo; encender el equipo de música; buscar desesperadamente el disco más i más melancólico y triste – que incluso tiene polvo- ; encender el ordenador y perder el tiempo en escribir esto.

lunes, 28 de julio de 2008

sábado, 12 de julio de 2008

BECAUSE I'M A WOMAN

A veces me he preguntado qué es lo que define a una mujer. A parte de las curvas de su cuerpo y la suavidad de su piel. Si es su manera de ver la vida o de sentirse en el mundo. Su naturaleza es un misterio tan grande que incluso ha ocasionado guerras. Pero… ¿qué define realmente a una mujer? y ¿cuánto importa la edad en esa definición? ¿A qué edad comienza una mujer realmente a vivir, a entenderse a sí misma?


Si les preguntamos a ellas, unas dirían que la vida de una mujer comienza a los treinta, cuando el mundo está para ser conquistado. Otras sostendrían con demencia que a los cuarenta, cuando ya se tiene experiencia y madurez. La vida fluye relajada y no se toma tan en serio, pero muy pocas – quisiera saber porqué- creen que después de los cincuenta, también existe la posibilidad de empezar. Y la verdad, es que siempre hay tiempo de empezar. Y pude ser el tiempo más maravilloso del mundo.

sábado, 5 de julio de 2008

martes, 27 de mayo de 2008

Ahora que todos los cuentos parecen del cuento de nunca empezar.

Ahora que nos besamos tan despacio,
ahora que aprendo bailes de salón,
ahora, que una pensión es un palacio, donde nunca falta espacio para amar y un corazón.
Ahora que las floristas me saluda,
ahora que compro lenceria,
ahora, que te desnudo y me desnudas...en la estación de las dudas, muere un tren de cercanias.
Ahora que nos quedamos en la cama, lunes, martes y fiesta de guardar...
ahora, que no me acuerdo del pijama, ni recorto el crucigrama...ni me mato si te vas.
Ahora que tengo un alma que no tenía...,
ahora que suenan palmas por alegrias...,
ahora que no desagrado y sobre mojado llueve todavía...
Ahora que hacemos "holas" por incordiar,
ahora que esta tan sola, la soledad,
ahora que todos los cuentos parecen del cuento de nunca empezar...
Ahora que el mundo esta recién pintado,
ahora que las tormentas son tan breves y los duelos no se atreven a dolernos demasiado.
Ahora que esta tan lejos el olvido,
ahora que me perfumo cada día,
ahora, que sin saber hemos sabído
querernos como es debido,
sin querernos .
Ahora que se atropellan las semanas,
fugaces como estrellas de Bagdad.
Ahora, que casi siempre tengo ganas de trepar a tu ventana
y quitarte el antifaz.
Ahora que los sentidos
sienten sin miedo.
Ahora que me despido, pero me quedo.
Ahora que tocan los ojos,
que miran las bocas,
que gritan los dedos...
Ahora que no hay vacuna, ni lejania.
Ahora que esta en la Luna la policía...
ahora que explotan los coches,
que sueño de noche,
que duermo de día...
Ahora que no te escribo cuando me voy,
ahora que estoy más viva de lo que estoy.
Ahora que nada es urgente,
que todo es presente,
que hay pan para hoy...
Ahora que no te pido lo que me das,
ahora que no te miro por los demás,
ahora que todos los cuentos parecen del cuento de nunca empezar.

domingo, 25 de mayo de 2008

sábado, 17 de mayo de 2008

sábado, 12 de abril de 2008

Degradación Valorativa



Hay quienes se rigen por el corazón, por los sentimientos. Otros, en cambio, simplemente son metalurgicamente frios.

A veces es difícil comprender las palabras - dulces o herientes-; los gestos - cálidos o mecánicos-; las miradas - sinceras o vcias -. Pero aun así, soportamos el adjetivo opositor, el que descalifica en vez de adjetivar y, soñamos en que algún día todo será distinto. Transcurre el tiempo y observamos. Nos damos cuenta e intentamos comprender que la vida es sueño. Y los sueños sueños son.

AZUL OSCURO CASI NEGRO TEMPESTAD


Existen momentos en que el tiempo se detiene por minutos. Pausa. Te quedas observando la realidad -o ficción- que observan tus ojos. Piensas - luego existes-. Empiezas a observar detalladamente todas las perspectivas de tu óptica visual. El corazón late deprisa. Te das cuenta de que no eres nada en esa obra teatral de esa realidad, de esa óptica visual. Sientes una punzada. Dolor. Empiezas a reflexionar sobre el papel que representas, que tú misma decidiste aceptar. Analizas. No comprendes nada. Todo son porques. Un reloj de arena invisible comienza a marcar el fin de la pausa. Sigues reflexionando. Piensas. Sientes. Sufres. Ocultas el dolor dentro de una vulnerable coraza. Nada tiene sentido; pero sigues con tu papel. Son los últimos segundos de una pausa inexistente en el timepo. El tiempo. Todo se acelera. Finalmente volverás a incorporarte en el guíon. Seguirás el argumento de la historia. Tú historia. Darás una última mirada silenciosa. Callas. Observas. Piensas. Reflexionas. Te incorporas. Sólo una palabara perdura dentro de tú ser. Una palabra acomulada. Reiteración. ¿Por qué?

jueves, 10 de abril de 2008

Lecho de papel


La oscuridad de la noche empieza a governar la inmensidad del cielo. Es tarde. Los ojos empiezan a cerrarse levemente, sin fuerza. Sólo una luz me hace sentir despierta y acompañada. es la luna llena. Una vez más, me encuenatra tumbada en mi lecho. Sonríe e impávida me observa. La miro y empecamos a hablar, en silencios. Escucha atenta, sorprendida a momentos. Sabe que soy feliz, pero no entiende mi tristeza. Inclino la cara y mis ojos se fijan en la cama. Sigue observando, sin decir nada, atenta a todo gesto. La miró. Vuelvo los ojos; ahora abrazo ,mi almohada. Me entiende, ahora lo entiende todo.

Espejos vacíos

El ruido a veces tiene sus ventajas; no se oyen las palabras. Con las manos trémulas y cargadas de ansiedad abrió el bolso y tomó la pitillera. Necesitaba sentir entre sus labios aquella sensación de control. Un control anhelado, el control que le faltaba de su propia vida. Aquel control que un día creyó tener, y sin darse cuenta lo había perdido.

Se había convertido en una mujer ajena, una mujer totalmente desconocida para ella. Todo lo que era, todo lo que deseaba, todo lo que pensaba, todo en lo que ella creía había desaparecido sin más. Ahora era una sumisa por y contra su propia voluntad.

Tenía sus propias expectativas de vida, sus propios sueños, sus propios ideales, pero a medida que pasaban los días, los meses… se empezó a dar cuenta de que todo aquello que quería se derrumbaba a cada paso que daba.