
Hay quienes se rigen por el corazón, por los sentimientos. Otros, en cambio, simplemente son metalurgicamente frios.
A veces es difícil comprender las palabras - dulces o herientes-; los gestos - cálidos o mecánicos-; las miradas - sinceras o vcias -. Pero aun así, soportamos el adjetivo opositor, el que descalifica en vez de adjetivar y, soñamos en que algún día todo será distinto. Transcurre el tiempo y observamos. Nos damos cuenta e intentamos comprender que la vida es sueño. Y los sueños sueños son.